Hay varios tipos de préstamos hipotecarios y los compradores deben evaluar lo que es mejor para su propia situación antes de entrar en uno. Los tipos de préstamos se caracterizan por sus fechas de vencimiento (generalmente de 5 a 30 años, algunas instituciones ahora ofrecen préstamos hasta plazos de 50 años), tasas de interés (estas pueden ser fijas o variables) y la cantidad de pagos por período.

Las hipotecas son como cualquier otro producto financiero en que su oferta y demanda cambiará dependiendo del mercado. Por esa razón, a veces los bancos pueden ofrecer tipos de interés muy bajos y a veces sólo pueden ofrecer tipos de interés altos. Si un prestatario acuerda una tasa de interés alta y descubre después de unos años que las tasas de interés han caído, puede firmar un nuevo acuerdo a la nueva tasa de interés más baja, después de saltar a través de algunos aros, por supuesto. Esto se llama «refinanciación».